El otro día fue la Luna de nieve y algunos miembros del grupo decidimos ir a hacer fotos al mirador de Santa Brígida que tiene un acceso un poco complicado pero con unas vistas impresionantes de Sevilla.
Cuando llegamos dispusimos el equipo, trípodes de un calibre importante, teleobjetivos, al menos 70-300 y muchas ganas. La luna estaba pletórica y tras algunos consejos de aquellos más experimentados en la fotografía nocturna calibramos nuestras cámaras. El zoom a tope para tomar cuanto más clara la luna mejor, una iso baja para que el reflejo de la luz no quemase las tomas, una exposición de 1/125 ya que la luna se mueve y la dejáis mucho tiempo saldrá borrosa y los disparadores automáticos para evitar trepidaciones. De hecho aprendí que si estas enfocando lejos y le das a la lupa la cámara muestra el elemento enfocado más grande, algo que viene muy muy bien para este tipo de tomas.
Hicimos algunas fotos a la luna y aprovechando que los aviones del aeropuerto de la ciudad tenían una trayectoria justo sobre nosotros hicimos algo de «spotting nocturno» capturando la estela de las luces de los aviones con fotografías de unos segundos, aprovechando además que las nubes habían comenzado a tapar la luna. También aprovechando que estábamos allí hicimos algunas tomas de la ciudad y sus luces, tanto a velocidad rápida como con larga exposición para capturar las luces de los coches en movimiento.
En definitiva fue una noche de fotos bastante técnicas que de vez en cuando se agradecen, ya que el sitio era espectacular y se aprende muchísimo. Tanto que estoy deseando volver y disfrutar del espectáculo, e incluso plantear hacer un photowalk nocturno en el lugar cuando el tiempo sea mejor, ya que aunque no se ven las estrellas debido a la ciudad si se puede fotografiar esta, la trayectoria de la luna y mucho más.