PostPhotowalk: edificios abandonados

Era nuestra primera salida fuera del centro de Sevilla así que queríamos tenerlo todo muy bien atado. Algunos de los organizadores fuimos al lugar hasta en dos ocasiones para asegurarnos de que el recorrido fuese seguro. Al fin y al cabo se trata de un complejo militar abandonado y uno nunca sabe qué puede encontrarse en un sitio como ese. Por fortuna es un lugar bastante frecuentado por gente, sobre todo por los amantes del airsoft que cada poco se reunen en los diferentes edificios del complejo para echarse unas partidas.

Hicimos la «exploración» final unos pocos días antes del photowalk. Las semanas anteriores aquí en Sevilla llovió bastante y queríamos tener eso en cuenta. Para nuestra alegría nos dimos cuenta de que a pesar de estar en pésimas condiciones (son edificios prácticamente en ruinas así que era de esperar) en las que se encontraba el complejo, no representaba peligro alguno para los asistentes al photowalk. También pudimos ver que, gracias a la hora en la que habíamos fijado la quedada, íbamos a poder disfrutar del atardecer y de todo el juego que eso iba a poder dar para hacer fotos chulas. Después de fijar una ruta aproximada y comprobar que el mayor peligro al que nos ibamos a enfrentar eran los agujeros que quedaron en los edificios después de que alguien sacara todas las tuberías posibles seguramente para venderlas, nos fuimos con muchísimas ganas de poder recorrer todo el complejo y jugar con nuestras cámaras.

Como el lugar se encuentra en medio de la nada, tuvimos la precaución de fijar dos lugares de reunión: uno a unos cinco minutos en coche y en un párking enorme y otro en las puertas del primer edificio al que ibamos a entrar. Al llegar a la primera ubicación nos dimos cuenta de que no tuvimos en cuenta el mercadillo que tiene lugar en ese parking los domingos y deja toneladas de basura, cajas, plásticos y cosas varias…y sobre todo no contamos con el tremendo viento que iba a hacer ese día. Como los organizadores (con algunos de los asistentes que vinieron en nuestros coches) en nuestra mayoría fuimos puntuales, tuvimos un cuarto de hora muy entretenido esquivando cajas y dando indicaciones por teléfono a quellos que todavía faltaban por llegar.

Finalmente, en una solemne procesión de cuatro coches nos dirigimos hacia la base esperando encontrar a más asistentes en la segunda ubicación. Descubrimos también que los que tuvieron la mala pata de asistir directamente al complejo hicieron mal en fiarse del GPS porque poco más y los manda a Córdoba. Finalmente ya estabamos todos, varios coches, motos e incluso una pareja que tuvo que acudir campo a través al verse obligados a dejar el coche lejos al no saber cómo llegar hasta el lugar.

Este era un photowalk muy especial. No sólo porque era la primera vez que, de forma «oficial» salíamos de Sevilla sino porque teníamos muchas novedades que anunciar. Hay que decir que hace unos meses y gracias a la idea y la ayuda de Miguel, uno de nuestros embajadores, fuimos a Córdoba. Durante aquella salida lo pasamos en grande pero no llegamos a anunciarla oficialmente con lo que sólo ibamos algunos de los miembros del grupo.

Así que allí nos plantamos, los cuatro organizadores que pudimos asistir aquel día: Diego, Anastasia, Miguel y Raquel (la culpable de habernos metido en todo ese fregao). Estrenábamos nuestras camisetas oficiales del Photowalk, con el logo diseñado por Eva y la dirección de la también recién abierta página web phwk.org. En total resultamos ser unas veinte personas de las casi cuarenta que habían indicado que irían por Meetup. Hay que decir que nos sorprendió de forma muy positiva el hecho de que mucha gente del grupo tiene la costumbre y amabilidad de excusarse cuando no pueden acudir a algún evento y marcarse como «no acudiré» para que podamos saber más o menos a cuántos asistentes esperar. Sin embargo siempre queda algún despistado, además de que luego nos enteramos de que aquella tarde había un gran partido de futbol: Barcelona vs Real Madrid, y todos sabemos que es muy difícil competir con el futbol en este país. Sea como fuere, éramos un grupo muy extenso de gente y todos estabamos impacientes por empezar.

Durante todo el recorrido los cuatro organizadores intentamos estar repartidos entre los asistentes para tenerlo todo bajo control, ayudar en lo que fuera si alguien lo necesitaba y además para animar a los rezagados.

Durante el recorrido del photowalk recorrimos el edificio principal del hospital militar y el ala de maternidad y psiquiatría. Los resultados se pueden ver, como ya os podéis imaginar, en la galería de fotos. No podían faltar fotos a los largos pasillos de los edificios, a los escombros, las ventanas con unas vistas muy bonitas de los campos que rodean todo el complejo, y las fotos a los graffittis que se podían encontrar a lo largo de todo el recorrido.

Al salir del edificio de maternidad y psiquiatría nos dirigimos (ya por fuera) hacía una especie de hangar o taller abandonado que hay justo enfrente. Durante la corta caminata de unos cinco minutos pudimos charlar (ya tranquilamente sin tener que prestar atención a dónde pisamos) sobre fotografía y cosas varias, algo que siempre acaba ocurriendo durante las quedadas. Una vez que llegamos al hangar nos dimos cuenta de lo bien que calculamos el tiempo de la ruta porque justamente en ese momento empezó a ponerse el sol dando todo un espectáculo de luces y sombras que atravesaban los altísimos muros del edificio. Podéis llegar a apreciar todo lo que disfrutamos del ratito que pasamos en el hangar viendo las fotazas que sacaron los asistentes: las fotos de techos altos y ventanas redondas son todas de ese lugar.

Después , ya enfilada la última fase del photowalk, nos dirigimos a una piscina al aire libre abandonada (como todo, obviamente) no sin antes pararnos por el camino para hacer fotos de varias ruinas de edificios interesantes y también para fotografiar el complejo principal con la pueseta de sol al fondo. En la piscina Diego decidió meterse dentro (menos mal que no había agua) y aprovechó para hacer unas cuantas fotos, a lo grupo de rock duro de los 80, que nos encantaron a todos. Finalmente, en lo que quedaba del vestuario situado al lado de la piscina, exprimimos del todo los preciosos rayos de sol que estaba dejando el atardecer, jugando con una vez más con las sombras y las texturas de las paredes desconchadas, pintadas con graffittis y agujereadas en algunos puntos.

Todo el recorrido nos llevó poco más de hora y media pero, honestamente digo, que nos lo pasamos pipa. Yo personalmente hice muchísimas más fotos de las que pensé y algunas han quedado muy decentes.

Cómo no, al acabar el photowalk la mayoría de los asistentes nos diriimos a un bar cercano para tomarnos una cervecita y comentar todo lo que había pasado a lo largo del recorrido. Hablamos sobre cámaras de fotos, la nueva web, el concurso que el equipo de phwk estamos preparando, las nuevas camisetas, lo mucho que está creciendo el grupo, las próximas quedadas, anécdotas varias… en general aprovechamos, como siempre, nuestra tradición cervecil post photowalk para conocernos todos un poco más y descansar después de la caminata.

Me gustaría agradecer a todos los asistentes que nos eligieron ese día por encima del fútbol, la pereza del domingo por la tarde y todas estas cosas, y acudieron a la quedada. Da gusto organizar los photowalks con gente tan maja y tan amante de la fotografía como todos vosotros, chicos.

Pero esto no acaba aquí, ¡QUE YA TENEMOS QUEDADA PARA NOVIEMBRE! Y en Triana, así que no podéis faltar. 🙂

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